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Tenemos el agrado de transcribir a continuación las palabras de Audrey Azoulay, Directora General de la UNESCO, en su discurso, el pasado 2 de mayo, durante la celebración del Día Mundial de la Libertad de Prensa 2022, en la ciudad de Punta del Este, Uruguay.


El periodismo bajo el asedio digital
2 de mayo 2022 – Uruguay

Su Excelencia Señor Luis Lacalle Pou, presidente de la República Oriental del Uruguay,

Señores Ministros, Señoras Ministras,

Señor , presidente de la Conferencia General de la UNESCO,
Señoras y Señores,
Estimados amigos y amigas,

Es un verdadero placer celebrar este Día con ustedes en este marco excepcional, en Uruguay, en Punta del Este.

Aquí, país de libertad, una República que ha consagrado en su Constitución que « Es enteramente libre en toda materia de comunicación de pensamientos [...] en la prensa ».

Un país elogiado en la clasificación internacional de libertad de prensa.

Un país que se comprometió hace aproximadamente un año, en un momento de gran incertidumbre sanitaria, a organizar con la UNESCO esta Conferencia Mundial de la Libertad de Prensa, después de las últimas Conferencias de Windhoek, La Haya, Addis Abeba y antes, en Accra.

Este compromiso con la cooperación internacional y la libertad de prensa confirma, una vez más, el lugar único que ocupa Uruguay en la comunidad de naciones, y como amigo que es para la UNESCO.

Quisiera también saludar la presencia de varios Coordinadores Residentes de las Naciones Unidas, quiens nos acompañan de toda la región, lo que demuestra el compromiso del sistema de las Naciones Unidas con estos temas.

Estar hoy aquí es también una gran responsabilidad: la de defender la libertad, que es un pilar de las sociedades democráticas, en un mundo sacudido por la explosión de la tecnología digital en nuestras vidas.

Y digo un "pilar" porque el sello de las democracias es la búsqueda de soluciones mediante el debate argumentado, no por la fuerza. Esto implica espacios de discusión basados en hechos probados y verificados.

Y estos espacios no pueden existir sin la prensa independiente y el periodismo profesional. Y conocemos el valor de la información verificada, libre e independiente en un mundo sacudido por las crisis, desde las pandemias hasta los conflictos actuales.

Tenemos que medirlo también en la era de la revolución digital. Nunca la información ha sido tan accesible, nunca las investigaciones de los periodistas han tenido tanto alcance.

Pero quizás nunca antes habían sido tan encubiertas o incluso ahogadas.

En la era digital, por tanto, debemos renovar nuestro compromiso, el de la UNESCO, con la información libre e independiente.

Y en nuestra Organización, este compromiso nos lleva, desde hace más de 75 años, a actuar sobre el terreno en apoyo a los periodistas.

La UNESCO ofrece formaciones para que puedan hacer su trabajo con seguridad. Ayudamos también a los Estados Miembros a establecer mecanismos específicos de protección de los periodistas.

Asimismo, apoyamos a todos los actores que salvaguardan la libertad de prensa: Y desde hace 10 años hasta ahora, hemos formado a más de 20.000 jueces y actores judiciales en estos temas, en aplicación del plan de acción de las Naciones Unidas, y con América Latina y el Caribe como pionera en este programa, particularmente aquí en Uruguay.

En este marco, quisiera saludar la presencia del presidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos – Ricardo Pérez Manrique – un amigo de la UNESCO y de este trabajo que hacemos con el mundo judicial.

Pero con la tecnología digital, los retos y riesgos no son los mismos que en el pasado.

Entre estos riesgos, veo dos que plantean la cuestión de la posibilidad de una libertad de prensa efectiva: la seguridad de los periodistas y la viabilidad económica de los medios de comunicación.

Dear friends,

The digital era has of course brought new opportunities for journalistsin terms of finding new  sources,  collaborating  on  investigations,  and  analyzing  large  quantities  of  data maybe like never before.

But  especially  during  this  conference,  we  will  also  focus  on  how  it  can  also  amplify threats and challenges for journalists,and journalism.

Surveillance software, data retention and online intimidation are creating new risks.

And this is especially true for women. According to our research, three in four female journalists have already experienced online harassment.

And  this  digital  violence,  as  we  know,  can  precede  and  even  perpetuate  and  create physical violence, sometimes with deadly consequences.

According to our data, a total of 884 journalists lost their lives just for doing their jobs between 2012 and 2021.

And inalmost 9 in 10 cases, these murders go unresolved and still unpunished.

Violence against journalists is also a violent attack on our freedom. Unfortunately, today, current events remind us just how dangerous being a journalist can be –especially in warzones, where they are needed the most.

I would here like to pay tribute to the 9 journalists who have been killed while reporting on the conflict in Ukraine.

UNESCO  stands  side  by  side  with  journalists  there,  providing  personal  protection equipment  so they  can  stay  safe  and  work  while  reporting,  and  supporting  national journalist unions.

Later today, this year’s UNESCO/Guillermo Cano World Press Freedom Prize will also be an opportunity to commemorate the sacrifices made by journalists around the world to defend press freedom, including by this year’s laureate, the Belarussian Association of Journalists.

But journalists are not the only ones individually threatened by digital technology.

Media outlets are also at risk.

With  so  much  informationflooding  the  digital  landscape,  the  value  of  professional journalism goes unperceived and very often unpaid for. When data is the new currency, there is an illusion that everything must be free of charge, with catastrophic results for the economic viability of media.

According to our data, in just five years, the advertising revenues of print newspapers have been cut in half.

And  at  the  same  time,  two  digital  giants  receive  over  half  of  global  digital  advertising income.

This  is  of  course  extremely  detrimental  to  the  financial –and  therefore  editorial –independence of journalism, and we have to rethink the economic models of professional journalism.

The  Windhoek  Declaration,  that  was  collectively  adopted  last  year  in  Namibia  for  this same World Day, which was also endorsed by UNESCO’s General Conference last November, charts our path forward.

Firstly, it deals with this issue of media viability, by working towards a fairer distribution of revenue.

This  year,  UNESCO  islaunching  national  consultations  with  all  actors  to  identify appropriate financing models.

Also, this Declaration seeks to strengthen media and information literacy, because we need more than ever this kind of education to be part of 21stcentury education. We need more critical thinking, more awareness of how information works in the digital era, more appreciation of professional journalism, so citizens of tomorrow and today can navigate overwhelming flows of information. This is probably the most structural way to deal with these new flows of information.

UNESCO  is  making  this  new  media  and  information  literacy  a  priority.  Last  year,  we launched a revised Media and Information Literacy Curriculum, which allows teachers to take ownership of this subject in a world of algorithms and echo chambers.

And we have already begun training with this new Curriculum in over 420 educational institutions.

Also,  the  Windhoek  Declaration  calls  for greater  transparency  and  responsibility  for online platforms.

After extensive consultations, we published last year transparency principles for digital platforms –on algorithms, on content moderation and on personal data gathering.

And this transparency should be a first step.

Faced with the prominence of digitalgiants, regulating hate speech and disinformation becomes a subject of public interest.

We cannot leave it to private companies to resolve this existential issue themselves, as their business models will continue to favour engagement and clicks, sometimes at any cost, prioritizing sensational content over verified information.

In particular, decisions must not be based upon the financial or even political interests of such platforms. This would lead to geographic and linguistic inequalities around the world, as we see too often at UNESCO.

These issues and actors are global. We therefore need global discussions, and this is why UNESCO can be and will be a platform for these discussions.

In the coming months, we will invite regulators, media outlets and civil society actors, as well as platforms of course and digital actors, to join the debate to collectively define, on a  global  scale,  what  these  common  regulations  should  look  like.  With  freedom  of expression and human rights always serving as our compass.

And in February 2023, we will hold a global conference to present the conclusions and the progress made on these issues.

Señor Presidente, Excelencias, Señoras y Señores:

La libertad de prensa no es sólo una libertad individual para cada periodista.

Es nuestra libertad, es una libertad colectiva, una libertad para todos, que hace posible el diálogo democrático.

Por  ello,  gracias  a  Uruguay  por  organizar  estas  celebraciones,  estos  debates,  y reafirmar su compromiso con esta convicción.

¡Muchas gracias y buena conferencia a todos!